En 1901 la empresa inglesa Kitson fabricó dos locomotoras de vapor. Una de ellas perteneció al Ferrocarril Nacional de Tehuantepec número 507, que comunicaba al Golfo de México con el Pacífico, y que le dio su nombre.
De esta forma, por 68 años se vio correr a la locomotora NdeT-507 por las vías ferroviarias que conformaron la ruta del Istmo. Piezas únicas en su especie ante la desaparición no solo del servicio ferroviario en la ciudad, sino de las estaciones que la capital del país albergaba.
En el marco del Día del Ferrocarrilero y engalanada con música de corridos de ese gremio, la locomotora NdeT-507 de nueva cuenta será expuesta al público acompañada del cabús FCM, ahora ambos con sus mejores galas para demostrar lo que son: una joya de entre las máquinas de vapor que llegaron y se emplearon en México durante el siglo XX.
También podrán disfrutar de la exposición fotografía instalada en las rejas del recinto: “Y Villa se subió al Tren”. Personaje que además de ser un extraordinario jinete, revolucionó el uso de los ferrocarriles en el terreno militar. Organizó hospitales ambulantes con furgones esmaltados interiormente habilitados como quirófanos y también facilitó otros furgones a una compañía cinematográfica norteamericana para que filmara sus batallas, para lo cual renunció a los asaltos nocturnos --acostumbrados desde que era un bandolero-- y tuvo que buscar enfrentamientos diurnos para que las cámaras dieran cuenta de las escenas bélicas del Centauro del Norte. Además de la famosa toma de Ciudad Juárez, en la que utilizó un tren de carga como Caballo de Troya. En esta exposición se exhiben imágenes de villa y los villistas y su relación con los ferrocarriles.
Museo del Ferrocarrilero (Alberto Herrera s/n, Colonia Aragón La Villa), de martes a domingo de 10:00 a 17:00 horas.
La entrada es libre.
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